Una profesara napolitana de la ENAH no puede ocultar su fascinación por su paisano piamontés, Umberto Eco, de quien como teórico aprecia por su eclecticismo, eclecticismo que no se limita por el enfoque teórico de su obra, sino también por la variedad de campos en los que él mismo ha explorado. Eco es traductor y ha teorizado sobre la traducción (Los límites de la interpretación, por ejemplo), es un teórico del arte (Obra abierta, como muestra) que ha explorado con éxito en la creación artística. Semiotista (La estructura ausente, verbigracia), por si todo lo anterior fuera poco. Un académico total, por nombrarlo de alguna manera.
Y ahora me está fascinando con una novela que envuelve al lector de una manera tan increible que me cuesta trabajo describir y por ello, no ahondo más en el asunto.
Si yo releo las novelas de Eco, seguro no escribo. Me conviene entonces releer El péndulo de Foucault.
tengo que controlarme antes de gastar una fortuna comprandome la historia de la belleza y la historia de la fealdad