Tonguists

Era temporada de prácticas de campo en la ENAH, pero yo ya había hecho mi práctica de campo desde semana santa (quedó constancia en este sitio). Podía ocupar ese tiempo para redactar mi reporte de práctica de campo, o realizar los trabajos finales, pero en lugar de eso, decidí hacer una aplicación de FB. Utilizar alguna aplicación de FB, cualquiera que sea esta(tests, regalos, juegos, etc.), es en sí mismo ocioso. Pero crear una aplicación para FB rebasa aquellos niveles de ociosidad. No sé si pueda considerarse, así mismo, un acto maligno, pues uno no sólo se enfrasca la persona en una actividad lejanamente productiva, sino que envolverá a otros en la ociosidad que genere dicha aplicación. Aún considerando ello previamente, me puse a crear «lingüistas».

Espero que hayan sido menos de cuatro horas el tiempo que me tomó en realizar la aplicación. Casi todos los teóricos regalos los creé en paint, fueron 24 distintos, incluyendo tres destacados personajes de la lingüística: Saussure, Chomsky y Greenberg. En fin, hice gala de ociosidad mientras ignoraba los trabajos finales de la carrera. Al final, envié los regalos a un lingüista y tres amigos más afines a otras áreas porque casi no me llevo con lingüistas. Olvidé por un tiempo la aplicación y no lamenté las horas desperdiciadas hasta las vísperas de las entregas de trabajos finales.

Fue hasta después de solicitar mi baja temporal que recordé la aplicación y envié regalos a un par de lingüistas que están ya casi de salida de la carrera. Poco tiempo después me sorprendí que alguien había enviado un regalo de lingüistas a un desconocido para mí y comentaban sobre ello. Me emocioné un poco al ver una creación mía ser comentada, mientras se ignoraba al autor. Supuse que la aplicación no saldría del pequeño círculo de usuarios de FB estudiantes de lingüistas de la ENAH. La olvidé nuevamente, aunque me quedó la fascinación de observar cómo se propagan las cosas por la red.

Dos meses después, recibí una solicitud de amistad de una persona completamente desconocida para mí. Su perfil indicaba que estudiaba o había estudiado en Sonora, lugar donde nunca he estado. No vi amigos en común y estaba apunto de rechazar su solicitud cuando me fijé en que utilizaba la aplicación de «Lingüistas». No sólo eso, era fan de ella. El ego me ganó y la acepté para ver qué era del producto de mi ociosidad. Me he divertido…

ejem

Pude ver que la aplicación había salido de los círculos enahnos y que, además, tenía sus propios fans (12 en total, todos desconocidos por mí, excepto una persona que sólo conozco por oídas: un maestro de fonología de la ENAH). El número de usuarios, por otra parte, superaba la matrícula de inscritos en lingüistica en la ENAH.

La aplicación de regalos quizá es la más absurda de todas las que tiene FB, por lo que me causa curiosidad cómo actúa sobre la gente. También llama la atencíón cómo hemos permitido que una conexión entre servidores del mundo medien nuestras relaciones sociales.

 

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