Mientras tanto, aquí estaba yo. Con 25 años nunca había tenido una cita en mi vida. Cada vez que preguntaba, se reían. Constantemente me molestaban y se burlaban de mi por ser virgen y un nerd que nunca nadie podría amar, y empezaba a desarrollar una seria neurosis al respecto
Este artículo me hizo sentir empatía. Con Tole, recuerdo haber platicado cómo la liberación de la mujer también debe significar la liberación del hombre (sin importar la preferencia sexual). La exigencia de ser rudo, proveer «seguridad», mostrar virilidad, y todas esas cosas que se supone que debe ser un hombre, me causan mucho estrés y no quiero ponerlas en práctica.
El autor expone cómo incluso feministas agreden a los «chicos buenos» (nice guys) y se mofan de ellos.
Pone el caso extremo de Henry, que se ha casado cinco veces y ha estado encarcelado varias veces por golpear a sus esposas. La última vez que estuvo en la cárcel fue porque su esposa le reclamo por engañarla con una de sus ex-esposas y la golpeó.
Henry tendrá muchos problemas, pero definitivamente no tiene problemas en encontrar pareja.
Con estadísticas argumenta que «si eres inteligente, no bebes mucho, te mantienes lejos de peleas, muestras una personalidad amigable, y no tienes una historia criminal – entonces te encuentras dentro del segmento de la población que tiene más probabilidades de ser miserable y solitaria».
Creo que podemos cambiar esta violencia. La violencia que el hombre rudo y macho ejerce sobre la mujer, y la violencia -menos común, tal vez, pero no por ello inexistente -que el hombre que se niega a ejercer los privilegios que tiene como hombre, o a ser como le han dicho que debe ser un hombre, también recibe. La igualdad entre mujeres y hombres libera a ambos.
(Mi jefe está ocupado y me dio tiempo para explayarme)