10 cosas que (tal vez) no sabías de mí / Día 2

Resulta que esto es para hacerlo durante tres días seguidos. Así que cada día parece que se volverá más difícil.

  1. Me he cambiado muchas veces de casa. Me cuesta trabajo contar todas las veces que me he cambiado de casa, y cuando lo recuento, siempre se me olvida algún cambio. Si dividiera las veces que me he cambiado de un lugar, desde que era niño, he vivido aproximadamente menos de dos años en cada sitio. Claro, hay lugares en los que he vivido más tiempo que otros. En varios lugares no he estado mas que unos meses y en otros he vivido por varios años. Ya llevo viviendo más de dos años en el Cerro del Judío. Es el lugar en que más tiempo he estado en todo el tiempo que llevo viviendo en el DF. Espero cambiarme el próximo mes.
  2. He cambiado muchas veces de trabajo. Algunos de esos trabajos difícilmente podría llamárseles trabajos. Varios han sido de autoempleo, como vendedor de dulces, mientras que otros han sido temporales o trabajos voluntarios. Mi pasado trabajo, con el profesor Sergio Ricco del cual ya he hablado, ha sido uno en los que más tiempo he estado. Ser profesor adjunto y  ayudante administrativo en la ENAH no los cuento como trabajo, pero aún así los pongo en el currículum.
  3. De niño, era un católico recalcitrante. Aunque devoraba libros y revistas de divulgación de la ciencia, no me parecían que estas fueran contrarias a los dogmas católicos. Para mí, el Big Bang resultaba compatible con el Génesis y la Selección Natural no tiene por qué ser contraria a los relatos bíblicos. Unos son metáforas y otros son hechos. Y de hecho, la Iglesia Católica es de las pocas iglesias cristianas que aceptan la Selección Natural como plausible. Mi catolicismo llegó a tal punto que hice mi primera comunión por voluntad propia y sin que nadie me obligara. Actualmente, me declaro agnóstico y mi relación con Dios es un «es complicado».
  4. He creído tener conversaciones con Dios. Aún en las épocas en las que estuve a punto de llegar al ateísmo, he tenido experiencias místicas que me hacen sentir que converso con Dios. Este es un síntoma típico de cuadros maniacos e hipomaniacos. Últimamente ya no he tenido esas sensaciones. Mi abuela dirá que se debe a que he empañado mi imagen ante Dios con el pecado.
  5. Me hice comunista gracias a Jesús. En realidad, no es tan cierto. Pero cuando leí en la secundaria los primeros textos comunistas que llegaron a mis manos (El manifiesto del Partido Comunista, La Revolución Permanente, etc.), concluí que el mundo «utópico» que pregonaban los marxistas no distaba mucho al que predicaba Jesús en los Evangelios. De cierta manera, me acerqué a la Teología de la Liberación sin saberlo.
  6. Me gusta imaginar que viajo en el tiempo. Este es un juego que hacía con mi mejor amigo de la primaria, Pedro ¡Y aún lo hago! Pero de otras formas. Todo empezó cuando empecé a usar el metro y revisaba en los andenes los relojes. Hacía un transbordo de la línea café a la verde en Centro Médico. En el andén de la café el reloj marcaba, por ejemplo, 6:04 y en el andén de la verde las 6:00. Entonces me decía que el metro me hizo viajar cuatro minutos al pasado.
  7. Empecé a usar la bici  como una forma pasiva de intentar suicidarme. Harto de los intentos absurdos y fallidos, comencé a usar la bici pues, según yo, soy tan torpe que seguramente alguien me atropellaría en poco tiempo. Sin embargo, usar la bici me hizo la vida más grata y no he tenido ningún accidente de gravedad.

    Me gusta imaginar que soy un apatosaurio cuando como brócoli.

    Me gusta imaginar que soy un apatosaurio cuando como brócoli.

  8. Me gusta imaginar que soy un animal silvestre cuando como. Me imagino que soy un conejo cuando como lechuga, imagino que soy una ardilla cuando como nueces o cacahuates, y me imagino que soy un apatosaurio cuando como brócoli.
  9. Escribí artículos en la Frikipedia. Antes de que los administradores de la Frikipedia iniciaran con sus políticas comuninazis, escribí varios artículos en la frikipedia de manera anónima y con el seudónimo de JacintoCanek. Hasta me dieron un reconocimiento por hacerlo.
  10. Tuve un padre distante. Bueno, quizá ahora que se me acaban las ideas para continuar escribiendo tendré que poner cosas más personales. Mi padre se fue de Veracruz cuando tenía siete años y había veces que lo veía cada seis meses. Ahora lo veo cada seis años, aunque vivamos en la misma ciudad. Él dice que soy yo el que debe pedir disculpas ¿creen que siento alguna culpa por intentar destruir su casa?

No sé qué se me ocurrirá para el tercer y último día.

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