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Aún podríamos inventar un mundo para nosotros

Lo que me gusta de mi trabajo -que aún puedo decir que es mío- es que leo mucho. Aunque no siempre leo lo que quisiera leer, de vez en cuando puedo sugerir las lecturas a realizar. Me gusta practicar los distintos tonos de voz que puedo usar. Me gusta poder detenerme y comentar con el maestro Sergio algunos puntos de la lectura. No sería un mal trabajo si no fuera por dos aspectos: la paga es modesta, muy modesta, tan modesta que quizá uso «modesta» como eufemismo de mala. Llevo ya más de año y medio y no da vistos de que mejorará con el tiempo. Luego, el ambiente laboral se ha vuelto tenso, porque trabajo en la casa del investigador y los roces con gente que no es del trabajo se empiezan a volver inaguantables.

Tras un encono desagradable en la mañana de este martes, he decidido que la búsqueda de un empleo mejor remunerado y con más opciones de crecimiento es necesaria e inaplazable. Este trabajo que aún conservo, lo he ofrecido en facebook para no causarle problemas al investigador por dejarlo sin ayudante. Finalmente ¿qué tan fácil sería encontrar a alguien que quisiera un trabajo donde gana tres mil pesos al mes, sin prestaciones y sin opciones de crecimiento al corto, mediano y largo plazo? Me he sorprendido por la respuesta: a mucha gente. ChambaNo me sorprendió tanto que recién titulados les pareciera un trabajo aceptable para adquirir experiencia, o amigos que no tienen por el momento muchos planes de titularse, ni grandes responsabilidades lo vean como una buena alternativa. Lo que me sorprendió fue recibir solicitudes de gente ya con varios años de experiencia -no solo laboral, de vida-, algunos con unos años de haberse titulado, otros con hijos, otros con ambas características. Retiro

Y no faltaron tampoco quienes se sintieron ofendidos. Alguien, que al no tomarlo yo muy en serio porque anteriormente me había rechazado una oferta con mejores percepciones económicas, me eliminó de su lista de amigos. Una amiga se dio cuenta del embrollo en el que me había metido y desistió en postularse. Había amigos que apelaban a nuestra profunda amistad para ser los escogidos (y tal vez dejen de ser mis amigos si no les dan el empleo, ¡aunque yo ni siquiera voy a ser el contratante!).

ComentarioMi incredulidad ante la gran cantidad de ofertas fue compartida con U, quien en un comentario se sorprendía por la batalla que se libraba por la modesta paga y la modesta chamba. HaygenteY tiene razón. Esta situación, además de las enemistades que parece ser que me provocará, me muestra un síntoma del alto índice desempleo que sufre mi generación. O tal vez debo decir «mi generación que creyó en los cantos de sirenas de las ciencias sociales».

Amigos, necesito decirles que si no puedo dejarles esta chamba, no es porque no tengan la capacidad para desempeñarla, y que ustedes pueden buscar más y mejores opciones. Y si aún así no la encuentran, podemos buscarnos entre nosotros. Aún podríamos inventar un mundo para nosotros. No dejemos que esta máquina nos destroce, ni tiremos a la papelera nuestros proyectos de vida que alguna vez creímos hermosos por utópicos.

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