No creo en que un cambio real vendrá de la toma del poder, ya sea por vía electoral o por la lucha armada. Sin embargo, entiendo por qué algunas personas aún fantasean con esa posibilidad y respeto su opinión, pues quizá -la duda metódica es para mí casi una obligación moral- soy yo el que está equivocado.
De cualquier forma, es para mí un hecho -del que apenas puedo dudar- que las personas, cuando se organizan y se comprometen a una causa común, logran cambios reales en su entorno. De esto tenemos muchos ejemplos pequeños. Fantaseo que estos pequeños ejemplos se reproduzcan como fractales llevando cambios mayores en las formas de hacer política y en las formas de relacionarnos con los demás.
Como es la moda por ser temporada de elecciones discutir si es importante votar o no votar para cambiar el rumbo que ha tomado el país (un rumbo bastante sombrío y sanguinolento), quisiera decir que ese no es el quid del asunto. Yo concuerdo con el EZLN, que votar o no votar no es lo importante, como lo expresa en un comunicado reciente : «Como zapatistas que somos no llamamos a no votar ni tampoco a votar. Como zapatistas que somos lo que hacemos, cada que se puede, es decirle a la gente que se organice para resistir, para luchar, para tener lo que se necesita».
Durante las discusiones en La Otra Campaña del 2006, hubo adherentes de La Otra tan opuestos al voto que sugirieron «revisar los pulgares en una marcha a realizarse el mismo día de las elecciones para verificar que no habían votado los marchantes». Pude darme cuenta en ese entonces que el autoritarismo no es exclusivo de la derecha. El autoritarismo se reproduce desde el salón de clase hasta en los más altos mandos. Una asamblea libertaria puede volverse justo su contrario si se permite que un grupo imponga su punto de vista y su forma de actuar sobre el de los demás. Que adherentes de La Otra Campaña adoptaran dichas actitudes no significa que reflejen el sentir de la Sexta.
Hay razones para defender el derecho al voto y razones para cuestionar su eficacia en las condiciones políticas actuales. También hay razones para dudar que un grupo de oposición vaya actuar distinto a sus predecesores. Pero un grupo que se organiza para resolver un problema inmediato de su comunidad sí puede cambiar a su comunidad.
El mundo está más interconectado que nunca y muchos de los problemas son globales ¿cómo resolver problemas globales con resistencias locales? Solo puedo imaginar esto como posible por la capacidad que tiene el humano de solidarizarse con sus semejantes y que los fractales son formas comunes en la naturaleza a pesar de su complejidad, Solo es cosa de reproducir la resistencia.