Archivo mensual: octubre 2015

Alerta: Infección nasal se esparce en la Condesa

¡Tenga cuidado! Una peligrosa infección en las fosas nasales, conocida como gomitis, está esparciéndose en oficinas de la colonia Hipódromo Condesa, ciudad de México.image

Persona afectada por gomitis, seria infección de las fosas nasales.

Esta enfermedad se caracteriza por una alta concentración de grenetina en las mucosidades que provoca secreciones con apariencia de gomitas.
Los investigadores aún desconocen las causas de la enfermedad. Se ignora si se trata de una infección contagiosa, pero recomiendan evitar comerse los mocos de quienes la padecen, por muy sabrosos que se vean.
Las víctimas de la infección pueden llegar a presentar trastornos mentales serios, perceptibles en su mirada y tienden a comerse sus mocos hasta gomitar.
Se recomienda ser comprensibles con ellos y tratarlos con mucho cariño.

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El viaje en el tiempo y yo

He visto pocos hombres tan preocupados por todo lo que se refiere al tiempo. Es una manía, la peor de sus manías, que son tantas.
J.C. en El Perseguidor,

Me agrada pensar en los viajes en el tiempo. Cuando llegué al Distrito Federal, me divertía con los relojes no sincronizados del metro. Tomaba la estación Patriotismo a las 6:00 y transbordaba en Centro Médico a las 5:57. «¡Genial!, viajé tres minutos al pasado», me decía.

Ya en otra ocasión escribí sobre mi gusto por imaginar viajes en el tiempo. A las personas con comportamientos muy extraños, los observo como posibles viajeros. Yo mismo imagino ser un viajero cuando llego a un sitio arqueológico. También me gusta imaginar cómo nos verán las civilizaciones futuras cuando encuentren nuestros restos, y si lograremos causar la suficiente buena impresión para que quieran visitar nuestra era. Con mi amigo Pedro, nos pasábamos el recreo de la primaria jugando a que viajábamos por los siglos.

He pasado fines de semanas enteros reflexionando sobre cómo podría funcionar una máquina del tiempo. ¿Qué cantidad de energía necesitará y con qué principio logrará funcionar? ¿El universo evitará las paradojas, como en la máquina de Doomsday Book (1992)? ¿O se crearán bucles infinitos que dejan encerrados durante una monótona eternidad a quienes caen en ellos?

Desde H.G. Wells, hasta Alberto Chimal, pasando por Connie Willis, Isaac Asimov, y otros escritores más, todo lo que tiene que ver con viajes en el tiempo me atrae. Episodios de series de televisión, (como Bravest Warriors y Futurama), películas, cuentos, novelas, etcétera. Todo lo colecciono en mi mente y lo uso como material para la imaginación.

Entre todas las producciones sobre viajes en el tiempo, la trilogía Back to the future tiene un lugar especial por su alta concentración de nitrato de infancia. Al ver Back to the future II (1989), me emocionaba pensar que podría conocer el tiempo en que Marty McFly llegaría, el lejano 2015. Poder verificar qué tanto sus creadores habían logrado acercarse a su fantasía me agradaba.

Marty McFly llegó del pasado al lejano 21 de octubre de 2015.

Hoy es miércoles 21 de octubre de 2015, el día en que Marty McFly llegó en el DeLorean. Aún no tenemos hooverboards, ni tenis autoajustables que tanta falta me hacen. Es una lástima que los diseñadores de moda no hayan utilizado el estilo ochentefuturista de la película para volverlo tendencia en las pasarelas. Pero no importa, el futuro ya es hoy.

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De cómo preferí no conocer a una gran amiga

No conocí a una pequeña muchacha de tez morena y delgada una vez que fui al teatro. Ella traía un vestido blanco y esperaba a alguien con impaciencia. Le pregunté si no le faltaba algún boleto. Mi acompañante no había llegado y me sobraba uno. ¡Qué casualidad! A ella le faltaba un boleto porque su acompañante no llegaba. Me lo compró, tras pensarlo brevemente.

Melville en Mazatlán, obra de teatro biográfica sobre Herman Melville, escrita por Vicente Quirarte.

Melville en Mazatlán, obra de teatro biográfica sobre Herman Melville, escrita por Vicente Quirarte.

Me senté casi en la entrada del segundo nivel del Foro. Un buen lugar: no solo podía ver bien el escenario, sino también al público. La obra empezó. Era un guión de Vicente Quirarte, sobre un joven que acababa de desembarcar tras un viaje en barco ballenero y estaba deseoso de convertirse en escritor. Este joven se encuentra con un viejo cascarrabias que ha dejado de trabajar en la aduana y ahora tendrá mucho tiempo libre. Ellos tienen mucho en común, pero no lo saben.

El viejo escribía poemas en una libreta y esto llama la atención al joven, quien le pregunta insistentemente si era escritor. «Empujo la pluma, pero escribir es mucho más que eso», le dice el viejo. Casi al final de la obra, el viejo le cuenta al joven sobre su jubilación. El joven se emociona, y le dice «ahora puedes dedicarte solo a escribir». El viejo le responde, «preferiría no hacerlo».
Me reí, y se hubiera escuchado mi risa solitaria en el foro ante ese sutil chiste si no fuera por otra risa cómplice presente. Extraña manera de reconocer a los tuyos. Volteé a ver quién había leído también Bartleby, el escribiente y era la misma muchacha morena y delgada a quien le vendí mi boleto sobrante.

En la salida del teatro, la busqué. Iba flanqueada de dos chicos (los retrasados, pensé). No le hablé, solo caminé cerca y escuché su conversación. Les platicaba a sus amigos sobre Bartleby y cómo era una obra fundamental para comprender a Herman Melville y al escritor que renuncia a la escritura.

Pude haberme acercado con cualquier pretexto, ya le había hablado antes. Pero preferí no hacerlo. Una lástima, tal vez pudo ser el inicio de una gran amistad.

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